lunes, 27 de mayo de 2013

EL OTRO PHILIP K. DICK

Todavía reacomodando libreros en mi casa (a este ritmo empiezo a creer que nunca voy a terminar), llegué ayer domingo a la sección de Philip K. Dick. Libro tras libro llenando varios anaqueles. ¿Lo primero que pasó por mi cabeza? “Tengo demasiados libros de Philip K. Dick”. Por supuesto, sé lo que están pensando: “Armando, es imposible tener demasiados libros de Philip K. Dick”. Bueno, viendo algunas de estas portadas y recordando viejas lecturas, eso de hecho resulta discutible y es el punto de la postal de hoy.


Antes que nada debo aclarar que soy lector incondicional de PKD de toda mi vida. De mis primeras lecturas de niño fueron los libros de la colección Super-Ficción de editorial Martínez Roca, y la primera novela que leí de estas fue una de Dick (supongo que me gustó la portada). Me enerva cuando hablan de CF y mencionan a gente como Asimov y no a PKD. ¿Cómo ignorar las obras maestras que contribuyó al género? Habiendo dicho esto, es también difícil negar que Dick escribió no solo muchas obras menores, sino unas muy malas. Varias, en realidad. Estoy consciente que existieron muchas razones, claro (antes de que me empiecen a gritar). PKD escribió varios de sus libros por razones monetarias apremiantes. Buscaba pagar la renta no crear arte. Más de una novela la tuvo que acabar en menos de una semana. De acuerdo. Eso no cambia el hecho que el señor escribió muchas novelas… no muy buenas. En todo caso, seamos honestos. Existen incontables artículos sobre las grandes novelas de PKD. Usualmente incluyen los mismos libros de siempre. UBIK, o la extraordinaria THE THREE STIGMATA OF PALMER ELDRITCH. La inolvidable A SCANNER DARKLY, esa obra cumbre de la esquizofrenia. Inevitablemente siempre hay alguna tesis sobre DO ANDROIDS DREAM OF ELECTRIC SHEEP? Por supuesto la obra maestra que es VALIS


Es raro, por otra parte, escuchar sobre sus otros libros (de los cuales desgraciadamente hay muchos, muchísimos) como EYE IN THE SKY, o DR. FUTURITY, o el abismal THE COSMIC PUPPETS. Es casi como si no quisieran admitir que el maestro era capaz de trabajo inferior. Peor aún, como si no quisieran que la gente se dé cuenta. Pero en ese caso ¿para qué escribir otro artículo más echándole porras a los sospechosos de costumbre? ¿Por qué no platicar sobre el otro PKD? El PKD olvidado que ni sus fanáticos más leales prefieren recordar. Así pues, hoy no voy a hablar sobre MARTIAN TIME-SLIP, o TIME OUT OF JOINT, de sus méritos y virtudes casi proféticas, o inclusive sobre LA PENULTIMA VERDAD, el primer libro de Martínez Roca que me tocó leer hace ya algunos ayeres, sino sobre algunos de esos otros títulos que a la mejor muchos no han leído (con buena razón).

 Curiosamente, habría que recordar aquí que los gustos personales de Dick eran muy distintos a los de sus lectores. En alguna entrevista Dick dijo que su obra favorita era THE MAN WHO JAPED. La verdad no tengo idea por qué dijo semejante barbaridad, pero quién soy yo para discutirle. Al mismo tiempo, en una carta de mediados de los 60s, Dick menciona que no le gustaba mucho THE MAN IN THE HIGH CASTLE. En fin, quizá como Henry James lo que Dick quería era la adulación de los críticos mientras denigraba sus propias obras más exitosas. (Famosamente, James no tenía una opinión muy alta de THE TURN OF THE SCREW)

Lo peor de todo es que se pueden defender estos libritos. Aun admitiendo abiertamente que no son obras maestras, ni cerca, no es necesario esconderlos como los hijos feos que son. En mi opinión, aun entre sus obras menores hay mucho rescatable. THE ZAP GUN, por ejemplo, a pesar del título tan chambón, es muy divertida (aun cuando es obvio desde la primera página porqué nunca fue un clásico). Por amor a Dios, ¿cómo no puede gustarle a quién sea una novela con esa portada? En mi opinión, necesitamos más portaditas así hoy en día. Menos serias, por no usar otra palabra altisonante. Obviamente alguna persona en el departamento de arte de Ace tenía un sentido del humor muy peculiar. (Digamos que hay otras escenas en la novela que pudieron escoger como imagen de portada, pero para qué hacerlo)


Hasta el biógrafo de PKD, Lawrence Sutin, dice que VULCAN’S HAMMER es “basura”, y estoy de acuerdo, pero debo confesar que me cae muy bien el científico (el de la portada) que añora tercamente los días de la computadora ya obsoleta modelo Vulcan II, y su constante paranoia ante la perfecta Vulcan III. De igual manera me agrada el pobre diablo en DR. BLOODMONEY que iba a Marte, pero que se quedó atrapado en órbita perpetua alrededor de la Tierra y que se la pasa transmitiendo canciones y lecturas para los sobrevivientes de este futuro post-apocalíptico. Leer WE CAN BUILD YOU en una sola noche es una experiencia alucinante (sobre todo porque uno se queda con la impresión que Dick la escribió en una sola de sus noches de anfetaminas).

En resumen, a pesar de cierto cariño nostálgico por varios de estos libros, es innegable que existen algunos libros en la bibliografía de los que podría deshacerme con mucha tranquilidad, y la verdad me irrita vagamente la actitud de algunas personas que insisten que todo lo que hizo es una joya. Digo esto con cierta trepidación, por supuesto. Decir que Asimov no me gusta como novelista de ciencia-ficción es ofender a personas cuya opinión no me importa. Cuestionar a Dick es otra cosa muy distinta. Conozco a más de un amigo muy querido (cuya opinión respeto) que probablemente me va a enviar un mensaje privado después de leer esta postal. En cierta forma, espero con ansia la discusión…

lunes, 20 de mayo de 2013

TRES DEL BAUL DE LOS RECUERDOS

Eventos personales recientes me obligaron a dejar de escribir el blog por un largo rato, pero la vida continua, y como ya todos sabemos escribir ayuda mucho (muchísimo) a exorcizar demonios. Debido en parte a estos mismos eventos me he pasado las últimas semanas moviendo y reacomodando cajas de libros de un lado de mi casa al otro, con la inevitable consecuencia que acabo releyendo a varios viejos amigos con quien no había pasado tiempo junto en muchos años. Así pues, esta semana no hay reseña de algún libro nuevo, sino solo unas cuantas palabras sobre tres novelas viejitas que tuve el placer de releer esta semana…


BAREFOOT IN THE HEAD tiene el privilegio de ser mi libro favorito del maestro Brian Aldiss, lo cual ya es decir muchísimo (quizá solo a la excéntrica THE EIGHTY MINUTE HOUR la aprecio por igual). Un puñado de cuentos y relatos cortos más que una novela propiamente dicha, el libro narra la historia de una Europa devastada por las Acid Head Wars, donde se pelea con armas que son el equivalente a drogas psicodélicas (se escribió al final de los 60s, recuerden) y acaba siendo quizá la novela más experimental, la más alucinada (valga la redundancia) del prolífico Aldiss. Utilizando una prosa completamente barroca y no-lineal, inventando palabras y hasta sintaxis nuevas que dejarían mudo a James Joyce, intenta reproducir en palabras los efectos de un viaje de ácido… con sorprendentes resultados. (Supongo que se lee aún mejor si andan pachecos). Jamás van a olvidar a Colin Charteris, el “mesías del LSD” y su cruzada desquiciada. Una de las obras cumbre de la New Wave británica de la década de los 60s.


LOOKING FOR THE GENERAL de Warren Miller, por otra parte, tiene el privilegio de ser quizá la novela más extraña de toda mi colección. El genial Howard Waldrop la describió una vez como “a collaboration between Gabriel Garcia Marquez and the Coen brothers” que supongo es tan buena descripción como cualquier otra. Un general norteamericano desaparece, y cuando sus asistentes lo empiezan a buscar descubren por accidente la verdadera historia del mundo. Si les gustan los libros paranoicos de conspiraciones, este es el indicado. Las novelas de Pynchon son por supuesto más conocidas, las de Umberto Eco le dieron respetabilidad académica al subgénero y las de Dan Brown son las que rompieron las listas de bestsellers, pero ninguna alcanza los niveles del absurdo que este librito de Miller (que de hecho es más conocido por sus otras novelas, pero en lo que a mí respecta esta fue su magnum opus). Escrita a mediados de los 60s, casi una década antes que la clásica ILLUMINATUS TRILOGY, la novela paranoica por excelencia, este libro lo leí cuando estaba en la universidad, y me enseñó lo que un escritor dispuesto a ignorar a sus lectores era capaz de lograr.
 

THE WASP FACTORY fue la novela debut del gigante Iain Banks, y en muchas maneras, a pesar de la excelente calidad de sus libros siguientes (en más de una ocasión he comentado mi admiración por sus novelas de CF que escribe como Iain M Banks), nunca logró superarla. Normalmente etiquetada como novela de “horror”, es de hecho difícil de clasificar. La historia de un joven muchacho perfectamente normal aparte del hecho que de vez en cuando siente las ganas de matar a otras personas (¿quién de nosotros no se identifica?) y a incontables animales pequeños. El centro de su universo es la homónima fábrica de avispas, un complicado armatoste de su propia invención, construido a partir de piezas que encontró en el basurero, y que consiste en la caratula de un reloj victoriano metido dentro de una caja de vidrio y donde encierra avispas para que caigan en elaboradas trampas mortales y con la cual intenta predecir el futuro. Un futuro que pinta muy negro ahora que su hermano mayor acaba de escapar del manicomio. Como se pueden dar cuenta tan solo por mi breve descripción, es una novela fuera de lo común. Hay escenas tan graficas que durante mucho tiempo este libro estuvo prohibido en el Reino Unido. Ciertamente no es para todos pero es, con mucho, una de las mejores novelas que he leído en toda mi vida.