lunes, 17 de octubre de 2016

LAS NOVELAS DE DOCTOR WHO (Capitulo Dos)

La aparición de DOCTOR WHO: THE MOVIE en 1996 significó el fin de las novelas de Virgin, pero no el final de las novelas de DW. Después de cancelar la licencia de Virgin, la BBC inició su propia serie de novelas. Al igual que con Virgin habría dos líneas paralelas: las Eighth Doctor Adventures (EDA) y las Past Doctor Adventures (PDA), que ahora incluirían también al Séptimo Doctor. Igual que con Virgin ambas líneas eran mensuales, como series de comics (o series de novelas pulp, tipo Doc Savage o The Shadow, de los años 30s por usar una analogía más apropiada). Es decir, la BBC intentaba no mover el bote. Querían que nada cambiara. Era evidente su temor por alterar la exitosa formula de Virgin. Por supuesto, las cosas no fueron tan sencillas…


Para empezar, muchos de los fans se habían molestado cuando la BBC, la malvada corporación gigante en este escenario, abusó de su poder y le quitó la licencia a Virgin y a su establo de fans convertidos en escritores. El hecho que la nueva serie de televisión con el Octavo Doctor jamás se logró realizar solo empeoró el asunto. ¿Cuál había sido el punto de todo esto? ¿Acaso era posible, además, que lograran reproducir el nivel de calidad y consistencia que Virgin solo había logrado tras muchos años de trabajo? La respuesta, al principio, fue por desgracia un rotundo no. Los primeros libros de la BBC que salieron durante ese año resultaron… atroces. Creo que no existe otra palabra que mejor los pueda describir. Recuerdo lo desilusionado que yo estaba. Al igual que la gran mayoría de los fans, temí lo peor. Esa pequeña chispa de magia que Virgin había logrado crear casi por accidente parecía perdida. Todo esto cambió en 1997 con ALIEN BODIES y Lawrence Miles. Me es muy vivido el recuerdo mientras leía la novela. Esto no era una gran  novela de Doctor Who, esto era una gran novela de ciencia-ficción. Esto iba más allá de lo que Virgin nunca logró. De un solo golpe Miles no solo había salvado al personaje sino creado además un universo entero. Faction Paradox, la secta liderada por Grandfather Paradox y que viajan en el tiempo con el único producto de crear paradojas, lo que más teme todo Time Lord, hizo su primera aparición en este libro. Cuando se cambió del calendario juliano al gregoriano se “perdieron” once días, del 2 al 14 de septiembre, y Faction Paradox vive en ese Imperio de los Once Días. Es en ALIEN BODIES donde se menciona por primera vez la famosa Time War, librada al final del tiempo y el espacio entre los Time Lords de Gallifrey y un misterioso enemigo, un elemento que luego agarrarían para la nueva serie de televisión casi diez años después. Tardis vivientes, Tardis de guerra, futuras encarnaciones del Doctor más allá de la doceava, embajadores conceptuales, el libro es un cofre del tesoro lleno de ideas locas y descarriadas. Para detener la amenaza de Faction Paradox fueron necesarias varias novelas, entre ellas UNNATURAL HISTORY de Jonathan Blum & Kate Orman y sobre todo la monumental INTERFERENCE de Miles en 1999. Romana regresó, convertida en una tirana en Gallifrey que perseguía a su viejo amigo el Doctor implacablemente, creyendo que era la única manera de detener el fin de la Creación. Por desgracia, quizá habían demasiadas ideas en estos libros y los editores de la BBC se sentían incomodas ante la avalancha de conceptos nuevos. Trágicamente decidieron que otros escritores debían continuar el arco. Furioso, Lawrence Miles renunció.


Por suerte, los demás autores parecían inspirados por el ejemplo de ALIEN BODIES y de repente comenzaron a salir libros más experimentales, mucho más osados. Ejemplos notables fueron THE SCARLET EMPRESS de Paul Magrs, que introdujo al personaje de Iris Wildthyme, una Time Lady de Gallifrey que viaja en el tiempo en un Tardis con forma de camión rojo de doble piso. En mil y una formas, en su forma de hablar, de vestir, en su irreverencia y hasta en su apariencia física, Iris es el antepasado directo de River Song en la nueva serie de televisión. REVOLUTION MAN de Paul Leonard y THE BANQUO LEGACY de Justin Richards son otras dos novelas memorables de esos primeros años. El arco de Faction Paradox termina oficialmente en THE ANCESTOR CELL donde un desesperado Doctor debe borrar de la existencia a Gallifrey y a todos los demás Time Lords para salvar al universo. No solo destruirlos sino hacer que nunca existieran, causando la última paradoja. Traumado por su terrible acto de genocidio el Doctor pierde la memoria y es depositado por Compassion, su Companion que era una Tardis viviente, en el planeta Tierra al final del siglo XIX para recuperarse. Sin recuerdos ni identidad, lo único que el Doctor tiene es el embrión de un Tardis del tamaño de una caja de cerillos que crecerá a su tamaño normal al final de cien años. Este fue un intento de la BBC por apretar un colosal reset button. Reiniciar las aventuras del Doctor desde cero, sin ninguna continuidad que sirviera de bagaje. Así, seguimos la nueva vida del Doctor a lo largo de estos cien años. Algunos de los mejores EDA son los que ocurren en este periodo, desde CASUALTIES OF WAR de Steve Emmerson (que recuerda mucho a las novelas literarias de Pat Barker sobre veteranos traumados de la Primera Guerra Mundial) hasta la ambiciosa THE TURING TEST de Paul Leonard, escrita desde el punto de vista de Alan Turing (que se enamora del Doctor), Graham Greene, y Joseph Heller. Las escenas del homosexual Turing descifrando códigos Nazi (y extraterrestres) con su máquina Enigma son los mejores de la novela.


Mientras todo esto ocurría en los EDA, hay que decir que los PDA no se quedaban atrás. Muchos de los escritores eran los mismos de Virgin e intentaban continuar varias de las ideas y conceptos iniciados en la anterior serie de libros, aun si los patrones de la BBC se enojaban. Por ejemplo, MILLENNIUM SHOCK (1999) de Justin Richards es una secuela directa de la MA de 1995, SYSTEM SHOCK. Mark Gatiss, bien conocido hoy en día por sus guiones para DOCTOR WHO y SHERLOCK (y además por sus actuaciones. Él es quien interpreta a Mycroft) nos ofreció algunas de las mejores PDA, como THE LAST OF THE GADERENE que, junto con la sicodélica VERDIGRIS de Paul Magrs, son de las favoritas de los Trads por el fiel retrato de los años de Pertwee como el Tercer Doctor. Al Sexto Doctor tampoco le fue tan mal con la alucinante THE QUANTUM ARCHANGEL de Craig Hinton, por si sola una historia mucho mejor escrita que cualquiera de las que le tocó protagonizar en la televisión en los años 80s. WOLFSBANE de Jacqueline Rayner, con Harry Sullivan encontrándose al amnésico Octavo Doctor, es preciosa por razones que no puedo echar a perder aquí.


TOMB OF VALDEMAR de Simón Messingham es una excelente recreación de los años de horror gótico de Hinchcliffe y Holmes. ASYLUM, de Peter Darvill-Evans, la última historia de Nyssa, años y décadas después que se alejó del Quinto Doctor, es bellísima y conmovedora aun si no conoces al personaje. IMPERIAL MOON de Christopher Bulis es una maravillosa fabula steampunk. THE WITCH HUNTERS de Steve Lyon, con el Primer Doctor viajando a Salem durante la quema de brujas en el siglo XVII es otro gran libro. Las PDA del Séptimo Doctor nunca fueron tan buenas como las NA de Virgin pero ILLEGAL ALIEN se defiende con brío y entusiasmo. El 35 aniversario de Doctor Who fue celebrado con la enigmática THE INFINITY DOCTORS de Lance Parkin, donde jamás se identifica al misterioso Doctor que la protagoniza…



De vuelta en los EDA, Lawrence Miles sorprendió a todos al regresar en 2001 a la BBC y nos entregó una de las mejores novelas de toda la serie, THE ADVENTURESS OF HENRIETTA STREET donde introduce al enigmático Sabbath e inicia un nuevo arco. Casi 400 páginas de letra pequeñita, repleto de detalles históricos, este es el libro que Alan Moore hubiera escrito si trabajara para la BBC. El Doctor se prepara para su más grande batalla… casándose con la madame de un burdel en 1782. Una vez más, varios fans se preocuparon por la dirección a donde el demente Miles pretendía llevar a su amado personaje y la BBC quiso intervenir, esta vez con más cuidado. Aun a pesar de todo esto, muchas de las mejores novelas se escribieron como parte de este arco, como HISTORY 101 de Mags Halliday, donde un error en la Guernica de Picasso hace que el Doctor viaje a Barcelona para ser testigo de los horrores de la Guerra Civil española en carne propia al lado de George Orwell. CAMERA OBSCURA de Lloyd Rose, y ANACROPHOBIA de Jonathan Morris son otras que recuerdo con cariño. Novelas que llevaron al Doctor mucho más allá de lo que jamás había llegado. Eran tiempos emocionantes para ser seguidor del personaje.


Y por supuesto, todo acabó… De nuevo. De la misma manera que DOCTOR WHO: THE MOVIE mató la línea de novelas de Virgin, el inicio de la nueva serie de televisión con Christopher Eccleston en 2005 puso fin a las novelas de la BBC. A partir de ese momento saldrían un manojo de novelas por año, ahora bajo el nombre de las New Series Adventures y utilizando a los nuevos personajes, pero salían casi como si por compromiso y nada más. Salvo por algunas excepciones notables, como THE WHEEL OF TIME, un PDA escrito por Stephen Baxter donde salen el Segundo Doctor, Zoe y Jamie, o HARVEST OF TIME de Alastair Reynolds, un PDA con el Tercer Doctor, Jo y el Master, la calidad nunca volvió a ser la misma. Contratar a escritores famosos de CF parecía hasta un simple ardid publicitario. Cuando las novelas eran los únicos medios de expresión para el universo de DW los escritores dedicaban todas sus energías a los EDA y PDA. Ahora se hacía con la nueva serie de TV. No tenía caso cualquier otra cosa.  Pero no importaba. Las novelas habían logrado valientemente su cometido. Nos habían llevado de un extremo al otro, desde la prematura cancelación de DW en 1989 hasta el debut de la nueva serie en 2005. Nos habían acompañado fielmente durante los Años Obscuros, ese yermo de más de 15 años cuando el Doctor estuvo ausente de las pantallas. Es innegable que la ambición y sofisticación en los guiones de la nueva serie de TV le deben todo a las novelas de Virgin y la BBC. En efecto, muchos de los novelistas de ambas líneas se volvieron guionistas de la nueva serie. El desarrollo de los personajes, sobre todo los Companions es herencia directa de las novelas (en la serie de TV original la verdad es que los Companions solo existían como eye candy y para que el Doctor tuviera una excusa para explicarnos la trama en voz alta). El Doctor enamorándose, la Time War, los villanos ambiguos, las Companions y sus frustraciones sexuales con el Doctor. Todo esto lo vimos primero en las novelas. En 2005 terminaron las dos líneas, las EDA con 73 novelas en su haber, y las PDA con 76 libros. En la última EDA, THE GALLIFREY CHRONICLES de Lance Parkin, Gallifrey y los Time Lords regresaron, justo a tiempo para la nueva serie de TV. El resto, como dicen por ahí, es historia…

sábado, 15 de octubre de 2016

LAS NOVELAS DE DOCTOR WHO (Capitulo Uno)

No tienen idea del gusto que me da que hoy en día DOCTOR WHO sea un verdadero fenómeno social a nivel internacional y todo el mundo conoce al personaje, e inclusive que más de la mitad de los seguidores sea público femenino. Esto no siempre fue el caso, sin embargo, y temo que mucha gente lo haya olvidado. Los días más obscuros ocurrieron cuando cancelaron la serie original en 1989, después de 26 años al aire, y parecía que no iba a regresar jamás. El fin de una era. Hay que mencionar que aun cuando la transmitían cada semana nunca gozó de la popularidad actual, por lo menos no en México. Todos sabían de STAR TREK y STAR WARS pero DW parecía reservado a un grupo muy contado de seguidores. Fans que de repente se habían quedado sin su dosis semanal. Todo esto cambió en 1991 cuando Virgin inició su serie de novelas de Doctor Who.


Desde siempre habían existido las novelizaciones de historias que habían salido al aire, libros escritos con un estilo muy burdo y simplón, casi como si para niños pequeños. La nueva iniciativa de Virgin pretendía ser algo distinto. Historias nuevas escritas para un público más sofisticado que había crecido con el programa a lo largo de los años y ya no eran niños. Usualmente hay un estigma asociado con novelas sobre franquicias de televisión o de cine. La percepción más común es que no son muy buenas, punto. El otro defecto que le ven algunos fans es que “no son canon”, es decir, no son parte de la continuidad oficial. Es fan-fiction. La primera critica es, por desgracia, muy cierta. De los cientos y cientos de novelas escritas en el universo de STAR TREK, por agarrar un ejemplo al azar, me consta (habiendo leído apenas un manojo) que, salvo contadas excepciones, la gran mayoría son bastante mediocres. Aceptables en el mejor de los casos, pero olvidables aun entonces. No les voy a decir que las novelas de DW son diferentes. Hay muchas que no tienen  ningún mérito. Olviden merito literario, ni siquiera son entretenidas. Pero lo que si les puedo decir es que también hay un sorprendente número de novelas bastante buenas. Por supuesto esto no es debido a que DW sea mejor que ST (antes de que me empiecen a gritar). Las razones quizá se deban a que en los 90s la franquicia de ST tenía varias series de televisión, bastante bien escritas (en general) mientras que DW no tenía ninguna otra forma de desahogo más que los libros de Virgin. Quizá sencillamente los escritores de DW estaban más desesperados.


Estos escritores no eran profesionales sino viejos fans de la serie que habían empezado a publicar artículos en la DOCTOR WHO MAGAZINE. Algunos eran guionistas de la serie de televisión. Sorprendentemente muchas de las mejores novelas salieron del primer grupo. En todo caso, lo único que tenían en común era su entusiasmo y cariño honesto por el personaje. Había dos líneas: la de New Adventures, que lidiaba con las aventuras del Séptimo Doctor (donde se había quedado la serie original en el momento de la cancelación) y las Missing Adventures, que trataban sobre historias “perdidas” de los primeros seis Doctores. En la parte de atrás de las MA decía dónde exactamente ocurría esa aventura en particular (entre cuál y cuál historia de la serie de TV). Es decir, era un producto de ñoños para ñoños que nos divertíamos discutiendo por qué ocurría ahí. Era en las NA, sin embargo, que lo más emocionante ocurría. Si son ancianos como un servidor, quizá recuerden que el Séptimo Doctor, interpretado por Sylvester McCoy, después de un inicio incierto, se había convertido poco a poco en un personaje bastante obscuro. Ya no el sonriente Tom Baker, tan lleno de energía frenética en cada escena, ni el amable Peter Davison (tan bonachón que a veces pecaba de ineficiente), el Séptimo Doctor era un maestro del ajedrez, calculador, manipulador. Solo hasta el final de la historia (como en la inolvidable “Remembrance of the Daleks”) se daba uno cuenta que él lo había planeado todo de antemano para destruir a sus enemigos. Esa fue la gran  tragedia de la cancelación de 1989, que interrumpieron el desarrollo de un personaje fascinante a la mitad. La calidad de los guiones en esa última temporada, además, fue de un nivel altísimo, como la experimental “Ghost Light” o “Curse of Fenric”. Muchos de los escritores de las NA intentaron continuar este tipo de ambiciosas narraciones en sus novelas. Desde el principio las novelas se inclinaron por una ciencia-ficción más sofisticada y temas que habían sido considerados demasiado adultos para la serie de televisión.  Más de un lector se quejó por el nivel de violencia y sexo y groserías presentes en los libros. El Séptimo Doctor de las NA fue llevado hasta sus últimas posibles consecuencias, sacrificando a sus Companions por un bien mayor (como en LOVE & WAR de un entonces desconocido Paul Cornell) y sus historias tenían finales moralmente ambiguos. Novelas como SANCTUARY de David McIntee y HUMAN NATURE de Cornell (que el mismo Cornell adaptaría para la nueva serie de televisión en 2008 en uno de los dobles episodios más recordados) demostraban la enorme ambición de Virgin. Y así fue que inició la gran controversia…


Existía un grupo de fans que argumentaban que los libros ya no se parecían a su amada serie de TV. Esto no era la continuación de DW sino las historias (buenas o malas) de otro personaje completamente diferente. Este grupo acabó recibiendo el apodo de “Trads” por tradicionalistas. Había un segundo grupo que apoyaban con mucho entusiasmo lo que Virgin pretendía. Qué caso tenia, era su argumento, que en un libro donde no hay problemas de modestos presupuestos y los efectos especiales están limitados tan solo por la imaginación del autor y el lector, el intentar reproducir una historia donde una invasión consiste en tres actores en disfraces en vez de armadas espaciales sin número. La serie no se podía quedar atorada, el personaje y su universo debían crecer. A este grupo se les llamó los “Rads”, por radicales. El pleito se extendió a una interminable serie de discusiones en un naciente medio llamado “el internet” en los primeros message boards. Esta división de opinión entre los Trads y los Rads no se limitaba a los lectores. Muchos de los escritores tenían la misma preocupación (de nuevo, hay que recordar que iniciaron como fans). La solución de Virgin fue simplemente Salomónica, y ofrecieron ambos tipos de historias al público. Por razones obvias, las MA (que lidiaban con Doctores del pasado) son las que más se prestaban para historias tradicionales. Ejemplos excelentes son THE ROMANCE OF CRIME o THE WELL-MANNERED WAR, ambas de Gareth Roberts (que logra reproducir a la perfección los años del productor Graham Williams de fines de los 70s, que remplazó las historias de miedo de Philip Hinchcliffe y Robert Holmes con las de escritores nuevos como un muy joven Douglas Adams, que se inclinaban más por el humor. Los diálogos entre el Cuarto Doctor y Romana, en particular, verdaderamente evocan el “show de Tom y Lalla” de esos años). Al mismo tiempo hubo varios MA bastante ambiciosos, el tipo de historia que jamás habríamos visto en la televisión, como por ejemplo DANCING THE CODE y VENUSIAN LULLABY, ambas de Paul Leonard, THE EMPIRE OF GLASS de Andy Lane o THE MAN IN THE VELVET MASK, del siempre impredecible Daniel O´Mahony, donde el Primer Doctor conoce al Marqués de Sade. Cada quien puede juzgar como mejor le parezca y tiene derecho a su propia opinión que es tan válida como la mía, por supuesto. Personalmente yo siempre estuve del lado de los Rads.


Como pueden ver existía un aspecto no muy sofisticado en las portadas, casi como si fueran producciones de aficionados (que, en cierta forma, es exactamente lo que eran). Virgin mantuvo ese look desde el principio intencionalmente. Era evidente que estas novelas, para bien o para mal, eran hechas por fans para fans y no había razón para ocultarlo. En efecto, esto ayudó mucho a la hora de las ventas y no dudo que sea gran parte de la razón por la que hasta el día de hoy las novelas de DW de Virgin son recordadas con cariño por muchos de nosotros. Y entonces llegó la campanada de muerte…


Con la aparición de la DOCTOR WHO: THE MOVIE en 1996 todo cambió. Parecía que el Doctor por fin regresaba, ahora con una octava encarnación interpretada por Paul McGann. El mismo Sylvester McCoy aparece en la película, en una melancólica escena obviamente influenciada por el personaje de las novelas, tocando el piano en su Tardis mientras espera su inminente muerte en la soledad donde todas sus manipulaciones lo han conducido. La película se vendió como un posible piloto para una nueva serie, ahora con capital norteamericano. Por tal razón la BBC decidió cancelar la licencia de Virgin y empezar a publicar sus propias novelas ahora con el Octavo Doctor como estandarte. Después de 61 New Adventures y 33 Missing Adventures, Virgin nos decía adiós. Era el fin de otra era.


CONTINUARA...