jueves, 27 de septiembre de 2012

NUEVE NOVELAS REDESCUBIERTAS

Siempre es una agradable sorpresa cuando una editorial “seria” reconoce que la Ciencia-Ficción es literatura genuina, capaz de lidiar y describir la condición humana tan bien si no es que mejor que cualquier otro género. Por eso mismo le tengo cariño desde siempre a la venerable Library of América. En el pasado han publicado ediciones muy logradas de la obra de Philip K Dick, por ejemplo. Las obras completas de Kurt Vonnegut. Inclusive novelas de Edgar Rice Burroughs en pasta dura, dándole un aire de respetabilidad casi académico a las aventuras más descabelladas. Para su nuevo proyecto alguien obviamente decidió tirar la casa por la ventana y no andarse con rodeos, con su colección (en dos volúmenes) de AMERICAN SCIENCE FICTION: NINE CLASSIC NOVELS OF THE 1950s, que salió a la venta tan solo esta semana.



Algunos de ustedes quizá recuerden que muy recientemente, por pura coincidencia, me puse a leer novelitas de CF de los años 50s. Como expliqué en la última entrada, mi propósito no era exactamente el de releer las mejores novelas de CF de aquella década tan fértil. Busqué libros que me habían sido gratos cuando los leí por primera vez, pero intencionalmente me fijé novelas de corte ligero. La idea era pasar un par de noches agradables y nada más. Library of America, por otra parte, hace un esfuerzo aquí por ofrecernos lo mejor de lo mejor, la crema y nata, y es difícil discutir con los resultados. Los dos volúmenes también se pueden comprar por separado, pero ¿para qué vernos tacaños? Sobre todo cuando la caja que incluye los dos está ilustrada por Richard Powers, artista clásico del género (y que hizo varias de las portadas originales hace más de 50 años) que también ilustra cada volumen individual. Los contenidos son los siguientes:


AMERICAN SCIENCE FICTION: FIVE CLASSIC NOVELS 1953–1956
MORE THAN HUMAN Theodore Sturgeon
THE SPACE MERCHANTS Fred Pohl & CM Kornbluth
THE SHRINKING MAN Richard Matheson
THE LONG TOMORROW Leigh Brackett

AMERICAN SCIENCE FICTION: FIVE CLASSIC NOVELS 1956-1958
THE STARS MY DESTINATION Alfred Bester
A CASE OF CONSCIENCE James Blish
WHO? Algis Budrys
DOUBLE STAR Robert A Heinlein
THE BIG TIME Fritz Leiber


Como pueden apreciar, la lista no le pide nada a nadie. Existen, por supuesto, otras grandes novelas de CF de los años 50s. Se me ocurre, por ejemplo, BRING THE JUBILEE de Ward Moore (mejor conocida en castellano bajo el maravilloso titulo de LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ, uno de los más logrados ejemplos de ucronías que se pueden leer); quizá MISSION OF GRAVITY de Hal Clement, el clásico ejemplo de la ciencia ficción “dura” por antonomasia. Supongo que se podría argumentar el caso de A CANTICLE FOR LEIBOWITZ de Walter Miller (aunque la verdad prefiero la de Blish en su lugar). Lo que es incuestionable, por lo menos en mi opinión, es que estas nueve novelas merecen estar aquí, y con creces. A la mejor la menos conocida en nuestro país sea la de Algis Budrys. No tiene mucho caso hablar en detalle de cada una. Imagino que las personas que leen este blog ya están más que familiarizadas con estos títulos. Todas y cada una podrían llenar una postal completa del blog y no sería suficiente. Pero unas breves palabras nunca están de más…


MORE THAN HUMAN es posiblemente el libro más famoso de Ted Sturgeon (que muy casualmente también mencioné la semana pasada. Es como si LOA me hubiera estado leyendo la mente). Sturgeon, igual que Bradbury y Harlan Ellison, siempre fue mejor cuentista que novelista, pero eso aquí no es un obstáculo ya que la novela está compuesta de tres capítulos que en realidad son tres novelas cortas. En mi opinión, “Baby is Three”, la primera que escribió, es la mejorcita, pero la precuela y la secuela son casi tan buenas, logrando uno de esos ejemplos raros de un libro perfecto. THE SPACE MERCHANTS , la primera novela conjunta de Pohl y Kornbluth es quizá su mejor. Una feroz sátira de las sociedades capitalistas desde el punto de vista de un ejecutivo de cuentas en una agencia de publicidad del futuro. Imagínense MAD MEN en un mundo sobrepoblado, donde las naciones ya no existen y lo único que importa son las corporaciones (es decir, una especie de proto-cyberpunk 30 años antes de Gibson y Sterling)

THE SHRINKING MAN no necesita introducción de mi parte, por supuesto. Aun los que no lo han leído, han visto la famosa película, y aun los que no, han escuchado de la premisa. Es sencillamente sorprendente la cantidad de relatos y novelas de Matheson que son igual de famosas. Todos las conocen, aun si nunca han leído una sola palabra del señor. Hay que aclarar que el libro, más que de efectos especiales, se enfoca en cómo el protagonista pierde su noción de masculinidad, su “superioridad” sobre su esposa, al ir perdiendo su estatura. Una novela que refleja demasiado las actitudes y puntos de vista de la sociedad en los años 50s. Este tipo de detallitos no aparecen en la peli, quizá por obvias razones, y son las que elevan la novela a algo más que una mera historia emocionante. (Por otra parte, ¿quién puede olvidar la épica confrontación contra la tarántula al final de la película? De niño me daba pesadillas, pero nunca me la perdía cada vez que la pasaban en la TV)


A Leigh Brackett, por su parte, se le recuerda por sus extraordinarios romances planetarios de títulos estrambóticos como “Lorelei of the Red Mist”, o “Queen of the Martian Catacombs” (la primera aparición de su personaje clásico Eric John Stark), todos para la PLANET STORIES, la más barata de todas las revistas. Por alguna razón, siempre escribió bajo la sombra de su esposo, Ed Hamilton, uno de los gigantes de los años 30s, pero si somos honestos, Brackett era mejor escritora. Es solo que su esposo empezó antes, y ella era mujer, un pecado gravísimo en la CF hasta hace no tanto tiempo, desgraciadamente. (Es ridículo, porque en cierta forma su pedigrí literario era mucho más ilustre que el de su esposo. En los años 40s, colaboró con un tal William Faulkner en el guion de la adaptación cinematográfica de THE BIG SLEEP, y casi 40 años después escribió el guion de otra película que a la mejor conocen llamada THE EMPIRE STRIKES BACK). La novela THE LONG TOMORROW es una clara evidencia de su enorme talento.


El segundo volumen incluye una de las poquísimas novelas de Heinlein no escritas para el mercado juvenil durante esta década, así como la famosa novela de Leiber que describe la guerra a través del tiempo entre las Arañas y las Serpientes. De mayor importancia, sin embargo, el libro incluye dos que no están solo entre las mejores novelas de los años 50s, sino de todos los tiempos, punto. A CASE OF CONSCIENCE de Blish logra combinar osadamente la ciencia más dura con las especulaciones teológicas e inclusive ontológicas más elaboradas, en esta historia sobre un biólogo jesuita que descubre una sociedad alienígena sin el concepto de pecado original. La CF rara vez se atrevía a lidiar (mucho menos cuestionar) a la religión (y mucho menos a la católica en especifico) antes de esta novela seminal. Curiosamente, antes de la aparición de este libro, Blish era conocido más bien por un manojo de space operas bastante entretenidas, pero bastante genéricas también. La gema de la colección la dejaron para el final, como debe ser. Si la novela satírica de Pohl y Kornbluth anticipo muchos de los elementos del cyberpunk, THE STARS MY DESTINATION del maestro Alfred Bester (también conocida como TIGER! TIGER! por el verso de Blake), es, para propósitos prácticos, la primera novela cyberpunk de la historia, solo que tres décadas antes que a alguien se le ocurriera acuñar el término. Los lectores nunca nos podemos poner de acuerdo en cuáles son las Diez Mejores Novelas de CF de todos los tiempos, pero invariablemente, ésta siempre viene incluida.

Library Of America no solo ha creado un producto muy bonito, digno de presumirse en cualquier estante, un producto que además regresa estas novelas a la atención del público y nuevas generaciones sino que, por si fuera poco, han armado una página que incluye contenido adicional para los interesados (como los extras de un DVD, vaya). Pueden encontrar ahí las breves introducciones de varios autores a cada una de estas novelas, como la de Neil Gaiman a THE BIG TIME, o la de William Gibson a THE STARS MY DESTINATION, o la de Connie Willis (quizá la mejor) para DOUBLE STAR, o la de Peter Straub para THE SHRINKING MAN, etcétera. Existe un timeline histórico que da contexto a cada novela, portadas originales de las primeras ediciones (así como de las revistas donde algunas aparecieron por primera vez), e inclusive, como premio final, el texto completo de los cuentos cortos que Leiber escribió dentro de su ciclo de la “Time War”. En resumen, compren el libro y visiten la pagina si quieren pasar varias horas de lecturas indispensables.



martes, 11 de septiembre de 2012

YA NO ESCRIBEN NOVELAS ASÍ...

Toda la semana pasada la dediqué a un maratón espontaneo (el plan original no era ese) de novelitas de Ciencia-Ficción de los años 50s. El punto era releer aquellos libros, que hoy hasta parecen inocentes, que en menos de 200 páginas lograban contar una historia completa. 200 páginas donde a veces ocurren más incidentes que en las sofisticadas novelas de hoy en día a pesar de tener tres veces su extensión. El chiste era volver a abordar libros que leí de niño y no desde entonces. Sobre todo, mi intención era reencontrarme con novelas entretenidas pero sencillas, de las que te toman tan solo un par de noches para leer.


Esta es la razón por la que escogí, primero, THE CORRIDORS OF TIME de Poul Anderson, y luego CHILDHOOD’S END de Arthur C Clarke (en vez de escoger, por ejemplo, THE DEMOLISHED MAN o THE STARS MY DESTINATION de Alfred Bester, o MORE THAN HUMAN de Sturgeon, o A CASE OF CONSCIENCE de James Blish, etc.), libros muy bien logrados, repletos de ideas y momentos inolvidables pero al mismo tiempo libros que no exigen demasiado al lector y que por eso mismo son ideales para pasar un momento agradable y hasta ahí. En mi muro de Facebook escribí muy brevemente lo que pensé de cada uno de esos libros, así que me ahorrare las reseñas individuales aquí. (La discusión que se desató sobre el final de la novela de Clarke fue bastante grata para mí). Ciertamente, el punto de todo este ejercicio era no escribir reseñas en el blog, sino solo unas cuantas palabras en el Face, reflejando la sencillez de estas fantásticas novelas.


Se me ocurrió, sin embargo, que no había manera de no incluir por lo menos uno de los libros que escribió Heinlein en esta década, específicamente una de sus famosas “novelas juveniles”. Hoy en día las llamaríamos novelas para el (mentado) Young Adult market, pero si bien tienen a adolescentes de protagonistas y están escritas con un estilo más sencillo, es evidente que Heinlein respetaba a sus lectores (y esperaba más de ellos) independientemente de su edad. Creo que la mayoría estamos de acuerdo en que estos libros son más amenos, y a veces mejor escritos, que varias de sus novelas más ambiciosas de años posteriores. El problema era cuál escoger…


Las doce novelas que Heinlein escribió para la editorial Scribner’s, al ritmo de una por año, son todas de un nivel muy consistente, enérgicas y de convicción indudable, y es difícil decidir cuál es la más atractiva. El proceso de selección fue tan largo que no me fue posible resumirlo para Facebook, razón por la cual estamos de vuelta aquí. Es lo bueno de tener un blog, supongo. Coloqué los doce libros frente a mí y me puse a sudar. FARMER IN THE SKY es probablemente la mejor, y HAVE SPACE SUIT --WILL TRAVEL es la más divertida, pero ambas las he releído en más de una ocasión. CITIZEN OF THE GALAXY  es una space opera descarada (uno de los pocos géneros que Heinlein no dominaba), y THE ROLLING STONES me recuerda demasiado a “The Trouble With Tribbles”, lo lamento. TUNNEL IN THE SKY es su respuesta al LORD OF THE FLIES de Golding, y la verdad no estaba de humor para las ideas políticas de Heinlein. Así, pues, terminé escogiendo SPACE CADET, una novela que no había vuelto abrir desde aquella primera vez cuando tenía 10 o 11 años (la edad ideal para leer un “Heinlein juvenile”, por cierto).


Basada en las experiencias propias de Heinlein en la academia naval en Annapolis, esta novela de hecho acaba glorificando a los militares tanto como la infame STARSHIP TROOPERS, y sin embargo nadie le echa pedradas (a diferencia de la otra). Asumo que esto se debe a que no es una novela política, sino una mera historia de aventuras. No hay una guerra terrible contaminando el fondo de la novela. No hay muertos y amputados en cada página. Por el contrario, la labor de la Space Patrol es la de mantener la paz, y lo logran admirablemente. Es tan prístino este futuro, y tan perfecta la camaradería entre los cadetes espaciales que más recuerdan a una romántica Legión Extranjera del futuro a la Jack Williamson, sin ningún vinculo con sus planetas de origen y fieles solo a la Patrulla, o más apropiadamente, a una Legión de Súper Héroes enfrentando a amenazas de todos colores y sabores. Como todas las novelas juveniles de Heinlein, esta es la historia de un muchacho que enfrenta adversidades y se convierte en hombre gracias a ellas; la bildungsroman de CF por excelencia. Imposible no añadir que, como toda novela juvenil de Heinlein, no hay ninguna mujer presente en la historia. Heinlein era capaz de escribir personajes femeninos muy reales, como lo demostraría no solo en los 70s y 80s, sino en libros de esta misma década como THE PUPPET MASTERS, pero las novelas juveniles parecen ser escritas solo para niños. De nuevo, al igual que los libros de Asimov, es mejor enfrentarlos cuando uno mismo es niño.


Hay partes de la narrativa que ocurren en otros planetas y tratan sobre cómo los jóvenes cadetes deben lidiar con razas extraterrestres, y aquí es donde quizá la novela flaquea. Heinlein nunca fue un buen escritor de ciencia-ficción antropológica (la creación y desarrollo de civilizaciones alienígenas, al estilo de la maestra Ursula K. LeGuin). Su fuerte era el futuro del Hombre, no de otras especies. La famosa novela METHUSELAH’S CHILDREN, mejor conocida en castellano como LAS 100 VIDAS DE LAZARUS LONG (uno de los casos raros donde el título en español es mejor que el original), y casualmente el primer libro de Heinlein que leí en mi vida gracias a Martínez-Roca, es un clásico ejemplo de esto. La historia te atrapa desde la primera pagina, y no te suelta… hasta que las Familias Howard abandonan la Tierra y se lanzan al espacio. A partir de ese momento la trama se vuelve más lenta, menos interesante; más episódica, casi como si Heinlein supiera que necesitaba llenar otras cien páginas con algo.

Existe una anécdota muy famosa que nos cuenta que Heinlein pretendía originalmente un final muy distinto para SPACE CADET. En aquel final, el protagonista, ya convertido en hombre, decide salvar al mundo sacrificando su propia ciudad natal con una bomba atómica. Me imagino semejante libro (casi un prototipo del ENDER’S GAME del homófobo Orson Scott Card), y si bien entiendo que los editores en Scribner’s le habrían arrojado el manuscrito en la cara a Heinlein, me parece que a mí me habría encantado tal final de haberlo leído de niño. En fin, en otro mundo, en otra vida…

Me gustaría terminar con un rapido comentario. Hoy en día esta muy de moda vituperar a Heinlein por sus ideas de derecha extrema. El mismo Heinlein no pensaba mucho de sus colegas escritores. Se veía a sí mismo como hombre de acción y de negocios, igual que Hemingway, reducido al pobre oficio de escritor únicamente por razones de salud. Esto tampoco le ganó muchos amigos. Perfecto, muy valido. Odiemos a Heinlein el hombre. Pero no condenemos a Heinlein el escritor. Algo por lo que Heinlein sobresalía (hasta sus mayores detractores lo admiten) era por sus dotes como narrador de relatos. Usualmente sus novelas te enganchan desde la primera oración y no te dejan ir hasta que acabas la historia completa. Con la prosa menos trabajada y con tan solo un manojo de frases lograba crear un universo entero que funcionaba a la perfección. Me encantaría poder detenerme y analizar cómo lo hacía. Si soy honesto diré que lo haría para poder imitarlo. Pero no se puede. La fuerza del relato te obliga a seguir leyendo sin pausa. Un escritor nato, era Robert A. Heinlein.