lunes, 5 de noviembre de 2012

¡NO SE OLVIDEN DE ANALOG!

Después de la reseña del número especial de ASIMOV’S de hace un par de días, mi plan era el de continuar esta semana de postales semi-diarias en el blog con un pequeño reporte del número doble de fin de año de la revista F&SF, pero Miguel Ángel Fernández me recordó atinadamente que en los casi dos años de existencia que tiene el blog nunca he hablado sobre la otra revista grande en el mercado profesional de la Ciencia-Ficción, así que en vez de eso hoy dirijo mi completa atención a la venerable ANALOG, revista injustamente olvidada en nuestro país en años recientes. (Eso, y además el numerito este de F&SF no me acabó de convencer, la verdad)


ANALOG, por supuesto, solía ser la revista ASTOUNDING, la legendaria publicación que John W. Campbell editó durante más de 30 años y que le dio forma al género de la CF como lo conocemos en el siglo XX. Todos los que fueron alguien empezaron ahí, desde Asimov hasta Heinlein hasta Clarke, pasando por Theodore Sturgeon y Lester Del Rey, etcétera, etcétera. Todos los relatos originales de la serie de la “Fundación” de Asimov aparecieron por primera vez en ASTOUNDING, así como 8 de los 9 cuentos que forman la colección de I, ROBOT. Hoy por hoy es la publicación más antigua de CF que todavía mantiene una publicación ininterrumpida (revistas como AMAZING STORIES y WEIRD TALES eran más antiguas, pero tristemente ya no están con nosotros). Poco después de la muerte de Campbell en 1971, la revista se inclinó cada vez más y más hacia la CF Dura, a diferencia de otras como F&SF o GALAXY, que preferían relatos de corte más literario como los de Philip K. Dick o Roger Zelazny. Por esa razón mucha gente se empezó a alejar, pero al mismo tiempo mantuvo un cierto lugar especial al ser la única revista de CF Dura en el mercado. Hay que respetar a alguien que nada contra la corriente y las modas. Asimismo habría que recordar que continuó siendo el lugar donde futuros autores de renombre hicieron su primera venta, aun después del fallecimiento de Campbell. Gente como Orson Scott Card, Greg Bear, y Joe Haldeman en los años 70s (en mi opinión, ANALOG era la mejor revista en esa década, bajo la mano de Ben Bova, aunque es mejor conocido como escritor que como editor), y Timothy Zahn en los 80s.

Como dije, ANALOG se ha ganado la fama de ser una revista más interesada en las tuercas y tornillos de las naves espaciales que en la sicología detrás de los personajes. Una revista de ingenieros para ingenieros, vaya. Esto no siempre logra los mejores relatos. Aun así, de vez en cuando publican alguna joyita que no estaría fuera de lugar en publicaciones más literarias como ASIMOV’S o F&SF. La revista ANALOG también publica números especiales dobles, pero lo hacen a principio de año y, por alguna razón, a la mitad, así que voy a platicar sobre el más reciente, el especial de Julio/Agosto, que trae un par de novelas cortas bastante buenas.


Empezamos con “Nightfall on the Peak of Eternal Light” (un titulo bastante más poético de lo que acostumbra esta revista) de William Gleason y Richard Lovett, donde seguimos a un beneficiario del Programa de Protección a Testigos que inicia una nueva vida bajo una nueva identidad en la Luna. Nuestro protagonista no es una perita en dulce, por algo está en el Programa, y aparte de un deseo casi romántico de ir a la Luna, no tiene muchas habilidades que le puedan ser útiles al resto de la colonia. Sin otro recurso, debe ganarse la vida buscando los tipos de empleo que no muchos quieren hacer, acabando en una estación en el ecuador lunar, uno de los pocos lugares donde siempre es de día. Por supuesto, hay alguien tras su pista, y un emocionante relato de suspenso se desarrolla mientras el asesino sigue a nuestro protagonista y la policía persigue al asesino, todo ocurriendo bajo condiciones lunares bastante realistas. No esperen una película de Michael Bay con rayos laser y explosiones, sino más bien una de Kubrick, si saben a lo que me refiero.


A continuación viene “Conquest of the Air” de Rob Chilson, una historia bastante bien lograda en un mundo acuático, donde el protagonista es el encargado de una operación minera a escala global y debe enfrentar presupuestos y demandas imposibles por parte de la corporación que lo patrocina. La parte más atractiva de la historia viene en una narración paralela (como cuento de extraterrestres de Hal Clement o Stephen Baxter), donde conocemos a los nativos de este mundo de océanos, que siempre han soñado con “swimming the air”. Reportes de burbujas de aire sobre la superficie parecen indicar que este sueño está muy cerca de hacerse realidad… hasta que descubren quiénes son. La tecnología y cultura de esta sociedad alienígena esta obviamente muy bien pensada. Siempre es un placer leer algo en lo que un escritor trabajó y sudó durante horas y días, y no solo se lo inventó en el mero momento.

Un manojo de cuentos más pequeños completan el número, entre ellos el de “Red Rover, Red Rover” de Howard Hendrix, que involucra a un perro inteligente, la mascota de un multimillonario, en camino a Marte y los extraños sueños que sufre durante el viaje. Interesantemente hay un segundo relato que involucra también a otro perro parlante, “Zeitgeist, Inc” de Carl Frederick, así como un segundo cuento que también involucra a seres acuáticos, “The Song of Uullioll(en este caso a cetáceos). Jamás había escuchado de ninguno de estos dos escritores, confieso, pero los resultados fueron mejores de lo que esperaba.

En resumen, no les voy a decir que les conviene salir corriendo a comprar una suscripción a ANALOG, como usualmente hago con ASIMOV’S y/o F&SF. Es quizá demasiado especializada, demasiado enterrada dentro de su propio nicho, como esas revistas que solo se dedican a historias sobre asesinos seriales y nada más. Ciertamente no es para todos. Pero es imposible ignorarla por completo, y de cualquier forma es innegable, al acercarse a casi un siglo de publicación continua, que debemos hacer reverencia y quitarnos el sombrero.

9 comentarios:

  1. Todavía tienes mis ANALOG, canijo! :)

    (Gran reseña, como siempre)

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  2. Igual que tu, yo tambien segui leyendo esta revista hasta los 80s, pero despues me llego a cansar. Una revista "de ingenieros para ingenieros" me parece una descripcion bastante exacta.

    Por ese entonces ASIMOV'S empezaba a despuntar, y F&SF y AMAZING mantenian un buen nivel, asi que la deje en algun momento.

    Es bueno saber que siguen sacando buen material de vez en cuando.

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  3. Pensé que te gustaba mucho la CF Dura, mi estimado.
    Por mi parte, todavía tengo buenos recuerdos de ANALOG en los 70s y en los 80s.
    Un saludo.

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    1. Me gusta MUCHO la ciencia-ficción dura, Luis. Es solo que a veces ANALOG se va a los extremos más tediosos. De nuevo, “de ingenieros para ingenieros” (con el debido respeto a todos mis amigos ingenieros) :D

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  4. Esta muy padre la primera portada que pusiste. No recordaba que CHILDREN OF DUNE de Frank Herbert la habían serializado en ANALOG.
    Imaginate comprar un ejemplar con CHILDREN OF DUNE y además Isaac Asimov y Greg Bear!!

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  5. Pues sí, confieso que igualmente siempre me gustó mas Asimov's que Analog. Esta última era como la hermanita menor, menos interesante... Me resultaba mas atractiva la mas variada selección de relatos de Asimov's...

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    1. Desde finales de los 80s así ha sido, mi estimado, pero yo todavía recuerdo una época en que ANALOG sencillamente no tenía competencia. Ya mucho después completé los huecos en mi colección con números de los 60s y 70s y la verdad son una mina de oro.

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  6. Ando leyendo todas las postales del mes apenas, jaja.
    Igual que la mayoria, le tengo bonitos recuerdos a ANALOG, pero deje de leerla ya hace un buen rato, pasandome mejor con ASIMOV'S.
    Soy de los que leo los cuentos del año en los tabiques anuales de Gardner Dozois.

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    1. De nuevo, con que la gente los lea (no importa CUÁNDO) me doy por bien servido...
      Un abrazo.

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