Vivimos
en tiempos privilegiados, y no estoy seguro que las nuevas generaciones se
hayan enterado. No hace tanto tiempo, si uno era lector de comics no le quedaba
de otra que ser aficionado de los superhéroes. Y claro que lo éramos, en algunos
contados casos lo seguimos siendo, pero no es lo único que nos gusta leer.
Existían alternativas, la mejor siendo la línea de Vertigo de la DC, editada
por la legendaria Karen Berger, pero eran la minoría entre la avalancha de
superhéroes. El éxito de la última década de las películas de la Marvel logró
traer a más gente a los comics… de superhéroes.
Pero sucedió una cosa chistosa…
Image, aquella editorial que era el hazmerreír
de los años 90s, sinónimo de libros atrasados o inclusive inacabados, se
transformó bajo la dirección de Eric Stephenson (a partir del 2009) en el lugar
donde escritores y dibujantes podían publicar sus propios proyectos sin interferencia
editorial y conservar sus derechos creativos. De la noche a la mañana un manojo
de títulos nuevos, frescos y originales, completamente distintos a lo que las
Dos Grandes ofrecían (de hecho, material que de ninguna manera podría aparecer
de la mano de DC o Marvel), empezaron a salir al mercado. Series sui generis como
Chew, o The Manhattan Projects, o Morning
Glories, o la multi-premiada Saga. Al mismo tiempo, la venerable
Vertigo, alguna vez bastión de los derechos de autor y creadores irreverentes,
se vino abajo tras la salida de Berger con el cambio de administración y las
demás editoriales independientes se alimentan de la carroña de sus entrañas. Hoy
en día Image es el primer lugar al que los creadores llevan sus proyectos, no
Vertigo. Y es por esto que este primer artículo para Supersónico se concentra por completo en Image, y sus comics de
ciencia-ficción.
Pasemos, pues, a la mano ganadora de
esta ocasión:
ODY-C (Matt Fraction & Christian Ward)
Básicamente, la Odisea de Homero
vuelta a narrar en un contexto futurista en el espacio. Pero lo que a primera
vista podría parecer una repetición de lo que R. A. Lafferty ya hizo en su
extraordinaria novela de 1968, Space
Chantey, resulta en realidad algo más. Mucho más. En la página editorial al
final del primer número, Fraction menciona que lo que él quería hacer era su
propia Barbarella. Un comic que
pareciera salido de un show del Cirque du Soleil o del cabaret Crazy Horse en
Paris. Esto lo logra gracias al dibujo alucinante, casi psicodélico, de Christian
Ward (recuerdo que en The Infinite Vacation de Nick Spencer era
bueno, pero no tan bueno). Cada página es un verdadero festín visual, que
asemeja a un viaje de ácido y que complementa perfectamente el excéntrico guion
de Fraction. El escritor, por su parte, no se queda atrás y contribuye al
efecto descarriado no solo con un alud de ideas y situaciones bizarras sino
además escribiendo todo en hexámetro dactílico. ¡Una verdadera experiencia única leer
este comic!
NAMELESS (Grant Morrison
& Chris Burnham) Nadie maneja conceptos esotéricos e ideas locas como
Morrison, uno de los pilares originales de Vertigo y el nuevo editor en jefe de
la revista Heavy Metal. Muchos lo han
acusado en años recientes, sin embargo, de haberse vendido a las Dos Grandes y
solo producir comics comerciales. Otros tantos inclusive ya dan por hecho que
sus mejores años quedaron atrás. Por eso fue tan agradable descubrir esta nueva
serie. No había visto a Morrison aventar y malabarear tanto alucine desde The Filth. Una expedición es lanzada
para interceptar al asteroide Xibalba que se encuentra en ruta de colisión con
la Tierra. Pero la superficie de Xibalba está marcada por símbolos y letras en
el lenguaje Enochiano. Xibalba no es un asteroide. Lo he dicho antes en otros
lugares y lo vuelvo a repetir: Nameless
me recuerda al Blindsight de Peter
Watts, quizá la mejor novela de CF Dura del siglo XXI. Entre esto y The Multiversity (evidencia de que se
pueden hacer comics comerciales sin ser malos), Morrison anda a mitad de una
racha creativa envidiable. Manteniéndose a la par de los guiones de Morrison,
la imaginación visual Chris Burnham (su viejo amigo de Batman, Inc.) nos asombra con cada nuevo número. No por nada ya
muchos lo han comparado con Frank Quitely.
8HOUSE (Brandon Graham
& varios) Brandon Graham ya llevaba algunos años creando comics para el mercado
independiente (como el brillante King
City), pero admito que la primera vez que lo leí fue hasta que participó en
el reboot de Prophet para Image en el
2012. Fue Graham el que transformó a ese viejo personaje sin chiste de Rob
Liefeld en una verdadera epopeya cósmica digna del Metal Hurlant de los 70s. Igual que con aquellos relatos surreales de
Moebius y Druillet, los guiones no parecían tener muchos sentido al principio
(y aun si se leen todos de golpe no son del todo coherentes), pero la tormenta
desatada de ideas desquiciadas y absurdas es tan fuerte que el lector no puede
más que dejarse llevar por el entusiasmo de los creadores y disfrutar el viaje.
Todo esto lo menciono porque el nuevo proyecto de Graham quizá sea su más
ambicioso. 8House se trata de una
serie que tendrá a distintos dibujantes en cada arco, que a su vez involucraran
a distintos personajes cada vez, todos en un universo compartido. El primer
arco fue “Arclight” y justo a la fecha de publicación de este número de Supersónico que tienen en sus manos, el
segundo arco, “Kiem”, sobre un soldado que lucha en forma de proyecciones
astrales y con dibujo de Xurxo Penalta, que recuerda mucho al estilo
ultra-detallado de Geoff Darrow, habrá iniciado.
TREES (Warren Ellis & Jason
Howard) A diferencia de Brandon Graham, alguien que no necesita mucha
introducción es el escritor Warren Ellis, que este año finalmente parece haber
regresado con una venganza. Con este título, así como con Injection, también para Image (e inclusive Moon Knight para Marvel)
Ellis parece rejuvenecido, y recuerda a ese autor renegado y peligroso de Transmetropolitan y Planetary de fines del siglo pasado. En esta serie la Tierra ha
sido invadida… por árboles. Los colosos de diez kilómetros de altura plantan
sus raíces… y no hacen nada más. Con el paso de los años la humanidad se
acostumbra. Se adapta. Mientras más cambian las cosas, los viejos pecados del
pasado son los mismos. Jason Howard, igual que Ellis, parece decidido a
reinventarse. Su estilo aquí es sucio, casi garabateado comparado con el que
usaba hace años en Super Dinosaur (o inclusive en The Astounding Wolf-Man) para Kirkman.
Muy recomendado.
Festejando el primer
artículo para Supersónico, y porque
toda mano merece un comodín, tenemos una mención honorifica:
BLACK SCIENCE (Rick
Remender & Matteo Scalera) Remender anunció el mes pasado que dejaba a la
Marvel, y sus cómodos salarios, para poder regresar a la arena de los comics de
autor, y vaya que ha sido un triunfal regreso. ¡Entre este título y Low, uno no sabe dónde escoger! La
premisa aquí puede parecer simple, un grupo de científicos y exploradores
perdidos a la deriva a lo largo de una infinidad de mundos paralelos donde todo
es posible, pero es en su ejecución donde uno encuentra la diferencia. Los comics
de Remender en Marvel (como Uncanny X-Force y Captain America) eran
buenos, nadie discute eso. Pero era casi como si el lector pudiera ver la mano
invisible de los editores, intentando controlar la imaginación desbocada de Remender.
En Black Science la diferencia es casi instantánea y me recuerda,
efectivamente, a viejos títulos suyos como Fear
Agent, que salió en Image y en Dark
Horse también (una de las virtudes de ser independiente). El italiano Matteo
Scalera está a la altura del reto, ilustrando cuanta locura Remender sea capaz
de concebir. Black Science es como esas historias pulp de
los años 30s, que más que tener sentido lo que buscaban era tan solo divertir y
entretener. Aventuras completamente impredecibles y que los escritores tenían
que acabar y entregar cada semana solo gracias a cantidades industriales de
cafeína y anfetaminas. De todas las series nombradas hoy esta es la más añeja,
ya habiendo llegado a 16 números, aunque precisamente ahorita se encuentra en
pausa y regresara hasta noviembre de este mismo año. ¡Tiempo perfecto para
ponerse al corriente!
La
verdad es que pude haber mencionado otro póker completo de comics de
ciencia-ficción de Image, desde el Starve
de Brian Wood y Danijel Zezelj, hasta The
Surface de Ales Kot y Langdon Foss, pasando
por Descender de Jeff Lemire &
Dustin Nguyen, Tokyo Ghost del mismo
Remender y el gran Sean Murphy, y RunLoveKill
de Eric Canete. Quizá Faster Than
Light de Brian Haberlin también. Y eso sería sin siquiera platicar sobre sus
series de fantasía, o las de crimen, muchas de ellas extraordinarias. Lo que
solo ilustra mi punto inicial.
En
la próxima entrega quizá nos toque charlar sobre la nueva línea de comics que está
sacando Heavy Metal, o quizá sobre la oleada de títulos nuevos que Vertigo
anunció apenas el mes pasado en la Comic Con de San Diego (a la mejor el viejo
cadáver todavía tiene algo de vida, después de todo). En estos momentos están
apareciendo tantos maravillosos comics que poco o nada tienen que ver con los
superhéroes que es virtualmente imposible predecir el tópico de la siguiente
columna. De nuevo, vivimos en tiempos
privilegiados.
Estoy esperando en siguiendo numero de Prophet en español como agua de mayo que desde el principio me alucino con el chorro de ideas, razas, clones, portales espaciales y todo lo demás que te encuentras en ese comic. Es cierto que por momentos es medio deslavazado y hace guiños al antiguo universo image que solo pillo a medias, pero a pesar de ello es uan serie que me encanta y recomiendo.
ResponderEliminarDe las otras no puedo decir nada ya que no las conozco excepto la de Black Science, que no me disgusta pero la veo mas clasicota. De todas maneras las apunto para estar pendiente de ellas.
Y una pregunta ¿que opinas de al Este del Oeste de Hickman?