lunes, 27 de julio de 2015

THE YEAR’S BEST (y algunos relatos gratis)

Es fines de julio, o sea que es hora de reseñar a THE YEAR’S BEST SCIENCE FICTION, la antología anual editada por Gardner Dozois, por quinto año consecutivo. Una bonita tradición (creo que la única) de Postcards from the Edge. Lo bueno de hacerlo tantas veces es que a estas alturas ya no tengo por qué explicar (otra vez) la razón por la que, a pesar de la creciente competencia en el mercado de lo Mejor del Año en el género, la de Dozois sigue siendo la principal. Tan solo su introducción de casi 30 páginas donde habla sobre las verdades tras bambalinas del mundo editorial, así como las películas y series de TV del género, es invaluable año tras año. Su inmenso tamaño (más de 700 páginas grandes con letra chiquita, ¡más de 300 mil palabras!) siempre le ha permitido a Dozois ofrecer varias novelas cortas, mientras que la mayoría de las otras antologías solo pueden escoger una o dos cuando mucho (aunque descubro que este año ya existe un volumen editado por Paula Guran dedicado exclusivamente a las mejores novelas cortas del año). Curiosamente, este año Dozois escogió muy pocos relatos de tal extensión y como consecuencia hay un exceso de relatos cortos, casi 40. Tendría que revisar pero debe ser un record. Como de costumbre, si por alguna razón no cuentan con su suscripción de Asimov’s o F&SF, con leer esta antología pueden al menos mantenerse al corriente con el estado del género. Por desgracia, en mi opinión… no es uno de sus mejores volúmenes, debo decir.


Hay un manojo de relatos extraordinarios, como siempre, pero la mayoría me dejaron una sensación de “está bien” a secas. Cosa rara, varios escritores famosos, viejos favoritos personales, entregan material bastante olvidable mientras que perfectos desconocidos ofrecen relatos excelentes. Por ejemplo “The Burial of Sir John Mawe at Cassini”, el de Chaz Brenchley, del que admito avergonzado jamás había escuchado, es de los que más disfruté. Una de las ventajas de años recientes es que casi la mitad de los relatos escogidos vienen de revistas en línea, o sea que se pueden leer gratis. Aquí les dejo el link del relato, disponible en la revista Subterranean. Pero vayamos paso por paso. El volumen inicia con Ian McDonald, escritor de prodigiosas ideas y de un altísimo nivel literario. Usualmente garantía segura, vaya. “The Fifth Dragon”, sin embargo, que ocurre en el mismo universo de su ya próxima novela LUNA, es algo débil en mi opinión. A diferencia de relatos anteriores como “The Little Goddess” y “The Djinn’s Wife” que no solo funcionaban como teasers para su monumental RIVER OF GODS, sino que eran magníficos relatos por sí solos, aquí el trailer me dejó pocas ganas de buscar la novela. (Aunque ya de antemano sé bien que la voy a comprar el segundo que salga a la venta). De la misma manera, el relato de Aliette de Bodard, otro de su fascinante serie de Xuya, sobre un futuro donde existe una carrera armamentista en el espacio entre el imperio Maya y el Chino, me dejó algo que desear. Es una secuela de su reciente novela corta “On a Red Station, Drifting”, que es tan bueno que quizá la comparación le afectó negativamente. Aquí les dejo el link del relato, disponible de nuevo en la revista Subterranean (el mismo número, de hecho) para que puedan juzgar por ustedes mismos. A pesar de esto, todavía no puedo creer que no exista una colección de todos los relatos de Xuya en inglés (en España ya hicieron el suyo).


Paolo Bacigalupi suele ser  garantía segura también, pero la verdad es que “Shooting the Apocalypse” continua la tendencia negativa. No es malo, simplemente no te asombra como Bacigalupi siempre lo hace. “Vladimir Chong Chooses to Die”, de Lavie Tidhar, pertenece a su larga serie sobre la Central Station, en una Tel Aviv del futuro, otra serie que me encanta, pero tampoco es una de las mejores entregas. Me da gusto ver que todavía siguen encontrando relatos nuevos del desaparecido Jay Lake (aunque con toda seguridad “West to East” debe ser el último, ahora sí), pero esta breve viñeta difícilmente representa lo bueno que era Lake. Peor aún, hay relatos tan similares entre sí (como “Slipping” de Lauren Beukes y “God Decay” de Rich Larson, sobre aumentos cibernéticos y hasta genéticos para atletas del futuro) que hasta me pregunto si Dozois no tuvo ayuda a la hora de editar y faltó un poco de coordinación al final. El de “Passage of Earth” de Michael Swanwick lo recuerdo bien (la autopsia de un alienígena) de un numero de Clarkesworld. Una buena idea que por desgracia no acaba yendo a ninguna parte. Aquí está el link. Por otra parte, la semana pasada mencioné lo mucho que me gustó la simple y elegante solución a la Paradoja de Fermi que ofrece Kim Stanley Robinson en AURORA. En “Thing & Sick” el siempre bizarro Adam Roberts ofrece una mejor (bastante fumada, por supuesto). Y ya que estamos en eso, “Amicae Eternum” de Ellen Klages, sacado de REACH FOR INFINITY, la maravillosa antología que contribuye varios relatos este año, sirve como excelente contrapunto a la novela de Robinson. (Mientras que “Jubilee” de Karl Schroeder es todo lo contrario a AURORA, de hecho lo contrario a todas las historias de naves generacionales que me ha tocado leer. Brillante premisa. Aquí está el link)


Antes de que vayan a pensar que el libro es terrible, pasemos ahora a las partes buenas, que por fortuna son muy buenas. Ken Liu nos ofrece “The Regular”, quizá mi favorito este año (y el otro cuento de Liu, sobre un mundo donde los zeppelines nunca desaparecieron, es precioso. Aquí les dejo el link, de la revista Clarkesworld), mientras que “The Colonel” de Peter Watts no solo es simplemente magnifico sino que hasta funciona como una especie de secuela de su BLINDSIGHT. Aquí está el link. Greg Egan, por su parte, con “Shadow Flock”, vuelve a alcanzar las alturas de aquellos primeros cuentos de la década de los 90s, donde criminales utilizaban las más alucinantes nuevas tecnologías como “TAP”, o “Míster Volition”. Alastair Reynolds no se queda atrás con “In Babelsberg”, otro excelente relato de REACH FOR INFINITY, lleno de ideas locas como una de esas historias desquiciadas de 2000 AD (una de las que escribe Simon Spurrier quizá, o Al Ewing). Elizabeth Bear nos ofrece “The Hand is Quicker”, una muy ingeniosa versión moderna del clásico “To See the Invisible Man” de Silverberg (aunque curiosamente recuerdo que ella menciona en otro libro que se inspiró en “Sailing to Byzantium”, también de Silverberg). La oferta de tantos cuentos cortos le permite además a Dozois presentar relatos de fuentes bastante obscuras que normalmente no veríamos como “White Curtain” del escritor ruso Pavel Amnuel traducido por Anatoly Belilovsky. Como ya dije, hubo muy pocas novelas cortas en este volumen, pero las que hay son de una calidad bastante superior. “The Man Who Sold the Moon” de Cory Doctorow, “Grand Jeté” de Rachel Swirsky, y “Yesterday’s Kin” de Nancy Kress. Aquí les dejo el link del de Rachel Swirsky.

En resumen, aun cuando no fue mi volumen favorito de Dozois, la serie sigue manteniendo un nivel muy alto, con varios relatos sorprendentes que no deben perderse, y en mi opinión continúa siendo lectura obligada para todos los verdaderos aficionados de ciencia-ficción.



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