Ayer perdimos a Leonora Carrington, última de una raza en extinción, los artistas del Surrealismo, y que además (igual que las demás mujeres del movimiento) era poseedora de una belleza etérea, casi mística. Únicamente debemos recordar a Georgette Magritte y su enigmático rostro de esfinge, y sobre todo a la inolvidable Gala Dalí, ex-esposa del poeta Paul Éluard, con sus ojos penetrantes, para darnos cuenta que estas mujeres caminaban por encima de las demás. Por esto mismo, y aprovechando que ya mencione en la página anterior mi lectura de esta semana (BLACK HILLS ha resultado una joyita, por cierto), se me ocurrió celebrar a Leonora Carrington y el propósito de este blog (el género de la ciencia-ficción) escribiendo algunas palabras (no muchas, no se preocupen) precisamente sobre la relación que la CF ha tenido desde siempre con el Surrealismo.
Para ilustrar esto no se me ocurre mejor candidato que Richard Powers. Aun los aficionados veteranos del género están frunciendo el ceño en este momento, lo sé, pero créanme, si alguna vez han coleccionado paperbacks de los 50s y 60s, o libros de Martínez Roca en los 70s y 80s, lo más seguro es que ya tengan docenas de las portadas de Powers. Richard Powers hizo muy pocas portadas para revistas, dedicándose casi exclusivamente al creciente mercado de los libros en rustica, donde acabó ilustrando a todos los escritores dentro del género, básicamente. En vez de pintar naves espaciales o robots o ciudades futuristas como Virgil Finlay o Frank Paul, las imágenes de Powers nos recuerdan mas a Jackson Pollock, o a un Mark Rothko, pilares gemelos del Expresionismo Abstracto. Sin embargo, quizá no casualmente, Powers encontró su máxima expresión con las novelas de JG Ballard, acaso el autor surreal de la ciencia-ficción por excelencia. Inspirado directamente por Dalí, por De Chirico, igual si no más que por Wiliam Burroughs y Jean Genet, el estilo de Ballard es casi la definición de "único", aun dentro de un género donde los autores brillan por su diferencia.
Supongo que era inevitable que el Surrealismo, este movimiento de imágenes incongruentes y a veces ofensivas, intentando darle forma y cuerpo a lo extraño y lo fantástico, con su mitología del inconsciente, acabara identificándose con la CF. Recordemos que la yuxtaposición de lo bizarro y lo cotidiano que caracteriza a ambos ya provenía de los simbolistas del siglo XIX (muy anteriores al primer manifiesto de Bretón de 1924), interesados siempre en las ciencias que los rodeaban. Lo que distingue a las fantasías eróticas del Marqués de Sade es precisamente su interés por la sicología y fisiología de sus participantes. Los "Cantos de Maldoror" de Lautreamont (casi un manifiesto onírico de todo el movimiento Surrealista, adelantado 60 años) utiliza imágenes científicas una y otra vez. La poesía de Apollinaire está saturada de aviones y otros símbolos de la sociedad industrial. Ni que decir de "The Passion Considered as an Uphill Bicycle Race," de Jarry. (Incidentalmente, esta portadita de Powers, para la novela TO LIVE FOREVER de Jack Vance me recuerda mucho a Kandinsky en su época Bauhaus)
Ballard expresó abiertamente su alianza con el Surrealismo en su artículo "The Coming of the Unconscious" publicado en 1966 en la revista iconoclasta New Worlds de Michael Moorcock, vanguardia de la feroz New Wave, donde escribió: "The images of surrealism are the iconography of inner space," e inclusive nombraba a media docena de pinturas que tenian una “direct bearing on the speculative fiction of the immediate future”. (Esta portada a su izquierda es de las poquísimas que Powers hizo para revistas, por cierto. Se trata del número inaugural de la tristemente efimera Beyond Fantasy Fiction que Horace Gold editó por una mera decena de entregas de 1953 a 1955).
Ballard es uno de esos escritores que son percibidos más bien por sus imágenes que conjuran. En efecto la palabra "Ballardiano" se refiere a una imagen. Como Ballard mismo admitió en varias entrevistas, sus principales influencias provenían de las artes visuales (y no de otros escritores como normalmente es el caso). Más de una vez se etiquetó a sí mismo no como un autor, sino como un pintor frustrado. Leyendo su obra nos encontramos una y otra vez con imágenes sacadas del Surrealismo y del Expresionismo Abstracto nutriendo sus cuentos. Era inevitable, en otras palabras, que estos relatos y novelas ofrecieran un fértil terreno de inspiración para los artistas encomendados en hacer la portada.
Mucha gente cree que el único fin de una portada es que tiente al posible lector, que lo invite a comprar el libro. El punto es válido, por supuesto. No vamos a pretender que a los escritores no nos interesa el dinero, o que por lo menos una mayor audiencia nos lea. Sin embargo, en el caso de Ballard esta simple definición resulta inadecuada, es incompleta. Esto es debido a que en los libros de Ballard las portadas son casi tan importantes como las palabras mismas del texto, y es por eso que Ballard insistía en ser parte del diseño del libro. (No siempre se le permitió, por supuesto). Como decía Ballard: "the direction of the twentieth century is ever more visual. I sensed way back in the late fifties when I started that the tide was running away from the written word towards the visual mode of expression." Palabras más proféticas rara vez van a encontrar.
Tomemos como ejemplo la de THE VOICES OF TIME, la primera colección importante de Ballard. La imagen a su izquierda pertence a la primera edición y en realidad tiene poco que ver con la historia epónima (excepto quizá como una dudosa metáfora visual). Cuando Berkley reedito el libro en 1966, Powers produjo otra portada con mucho gusto. Si no han leído el cuento en cuestión quizá todo esto no tenga el menor sentido, pero para mí la historia es ilustrada, y con bastante elocuencia, con esta imagen de vistas infinitas y figuras abstractas pero vivas (sacadas directamente de Yves Tanguy) deambulando sus silenciosos espacios.
Cuando salió THE CRYSTAL WORLD, Ballard tuvo que obligar al editor a utilizar "El Ojo del Silencio" de Max Ernst como portada, en contra de las protestas del departamento de diseño de la compañia, aparentemente. Casi 20 años despues otra imagen de Ernst, la clásica "Europa Despues de la Lluvia" sería usada para la portada de la edicion norteamericana de su MEMORIES OF THE SPACE AGE.
Otra imágen de Tanguy sirve como portada de esta edición de Penguin de THE DROWNED WORLD, mientras que la asombrosa "El Toreador Alucinógeno" de Dalí hace lo mismo para una versión más de THE VOICES OF TIME en 1992.
A regañadientes (otra vez) pero Ballard logró convencer a sus nuevos editores de utilizar este dibujo a lapiz de Dalí para su THE ATROCITY EXHIBITION.
En los 70s Penguin lanzo su serie de novelas de CF con el genial David Pelham (como director de arte de Penguin en esa década) a cargo de todas las portadas. Aficionados en toda Latinoamérica y España de la serie "Súper-ficción" reconocerán estas portadas casi instintivamente. Crecimos con ellas, después de todo. Martínez Roca usó las portadas para libros completamente distintos (aun cuando curiosamente publicaron muchos de los mismos títulos que Penguin). Me gusta la de THE DROWNED WORLD de 1974, una imagen por demás Ballardiana, ya que andamos en eso; una pacífica imagen silenciosa, la superficie del mar tranquila como un espejo y solo interrumpida por la punta Art Deco del Chrysler Building, testigo silencioso del diluvio que ha transformado a Manhattan, la más grande ciudad del hombre, en un arrecife submarino. Martínez Roca la utilizó como portada para LA ESPADA DE RHIANNON de Leigh Brackett, una historia que no tiene nada que ver con esta imagen, por cierto.
La simpleza casi minimalista de la portada de Pelham para THE TERMINAL BEACH (Martínez Roca la utilizó de portada para LA PENULTIMA VERDAD de Philip K Dick) es extraordinaria. Una imagen que logra funcionar tan bien que cualquier palabra que yo use va a ser redundante. Baste decir que ninguna de las ediciones subsecuentes de THE TERMINAL BEACH volvió a recibir una portada tan icónica, tan universalmente reconocida. Por si todo esto fuera poco, resulta además que es una de las mejores colecciones de cuentos de Ballard. De lectura dificil, sobre todo el cuento que da nombre a todo el libro, parteaguas de la New Wave (famosamente Asimov dijo una vez que no entendió una palabra del mismo) pero que ningún aficionado puede dejar de leer y seguirse llamando conocedor del género...
THE DROUGHT, otra novela menor de Ballard, recibio esta pequeña maravilla, que de hecho anticipa otro de los fetiches de Ballard, el clásico automóvil norteamericano, con aletas traseras de Cadillac, y el fatal choque. Por alguna razón conocida solo por ellos, Martínez Roca la utilizó para LA DESAGRADABLE PROFESION DE JONATHAN HOAG de Robert Heinlein. Hay que admirar el sentido del humor de Martínez Roca, por otra parte. Uno nunca podía adivinar qué portada incongruente iban a escoger para qué libro. Confieso que todavía tengo mi colección de Super-Ficción completa en el estudio de mi casa, y es poco probable que decida venderla algún día.
Casi medio siglo después del fallecimiento del santo patrono del movimiento, el gran Bretón, (aproximadamente el mismo tiempo desde que Dalí intentó convertir la Revolución de la Mente en un one-man-show) el mundo actual y la sociedad finalmente han alcanzado al Surrealismo en nuestras vidas cotidianas. (A Paul Éluard le gustaba decir que había otro mundo, y era este mismo precisamente). Con la desaparición de Carrington, esta raza en riesgo de extinción (si no es que ya se extinguió anoche) llega al borde de la tierra prometida, como un Moisés moderno, solo para ahí quedarse. Buñuel ciertamente apreciaría la ironía.
Descansa en paz, Leonora.
¡EN LA MADRE!
ResponderEliminarAhora sí te saltaste la barda con este post, maestro. Eres un chingón. Me fascinó todo el recorrido que haces de las portadas.
Chato... Lo que escriba es irrelevante, después de leer tu texto.
ResponderEliminarAl calce, me picaste la curiosidad, y pienso en conseguir los libros de Penguin, nada más por las portadas...
Saludos...!
Esas portadas de Penguin son preciosas.
ResponderEliminarEfectivamente yo las recuerdo por Martínez Roca. Una que me encantaba era la de Lazarus Long No me digas que en realidad pertenece a otro libro? Le quedaba perfecto.
La de la Balada de Beta 2 (la novela corta de Delany) también me gustaba de niño.
Que bueno que les gustó a todos. Gracias por los comentarios.
ResponderEliminarDavid, mucho me temo que esa portadita de Lazarus Long (estoy de acuerdo, le quedaba perfecto) en realidad la hicieron para una novela de Fred Hoyle que se llama OCTOBER THE FIRST IS TOO LATE. En mi vida la he leído (ni siquiera he escuchado de ella) pero me cuesta trabajo creer que le queda tan apropiada la imágen.
Por otra parte, esa portada de LA BALADA DE BETA 2 es en realidad la portada original de A CURE FOR CANCER de Moorcock (la segunda novela sobre Jerry Cornelius)
A mí también me gustó mucho la página de hoy.
ResponderEliminarNunca había visto esa edición de THE VOICES OF TIME con la portada de Dalí. (Cuando cliqueas en la imagen puedes ver el rostro en la parte de abajo, jajaaja). La voy a buscar.
Las que si tengo son la de TO LIVE FOREVER de Jack Vance (la encontré en Donceles hace años) y la E PLURIBUS UNICORN de Sturgeon (no tengo idea dónde la compre)
Ay, pobrecita Leonora Carrington.
ResponderEliminarComía en el Sanborns del Palacio de Hierro de Durango, te acuerdas?
Jajaja, la portada de LAS 100 VIDAS DE LAZARUS LONG en realidad pertenece a una novela de Fred Hoyle? Que cagado. Siempre me he imaginado a Lazarus Long con su chamarra de mezclilla gracias a esa portada.
ResponderEliminar(Creo que la única novela de Hoyle que he leído en toda mi vida es por culpa de Martínez Roca. Se llamaba EL INFIERNO, o algo asi)
Esa también es la unica novela de Hoyle que he leído, mi Charles. Portada de radio-telescopio, te acuerdas? (Aunque esa era de Salinas Blanch). Era como el Carl Sagan de los británicos.
ResponderEliminarEs curioso, ahora me estoy dando cuenta que gran parte de la selección de títulos de Super-Ficción salió precisamente de esa serie de Penguin de principios de los 70s. Otro escritor al que solo me he encontrado en los libros de Martínez Roca es John Boyd. Revisando la lista de Penguin encuentro las mismas novelas de Boyd que sacó Super-Ficción.
Ya me apunté, Armandito.
ResponderEliminarNo pude postear con cuenta Google, asi que lo hago con mi Nombre/URL, jajaja.
Paty!
ResponderEliminarLa Mujer Enojada original!
Me da mucho gusto que te hayas unido a la fiesta. Jajaja, lastima que ya no podemos postear con cuenta Google. Me encanta tu foto!
Un saludo.
No hay foto, pero por lo menos ya edité mi perfil para que lo puedas leer.
ResponderEliminar(No hago todo esto por cualquier hombre)
Jajaja, lo sé.
ResponderEliminarQué fue lo que editaste? Lo que me aparece si hago clic en tu nombre sobre tu comentario?
Lo veo identico!
Ahhh, orale.
ResponderEliminarYa entendí. Salgo como ñoña, pero ya arreglé mi perfil, jajaja.
Nada más para celebrar se antojan unos mojitos, no, Armandito?
Sigo sin entender que es lo que cambiaron, pero ok, que bueno que ya pueden postear comentarios.
ResponderEliminarBetty, yo te marco nada mas salga de la oficina.
Casualmente estoy releyendo algunos de mis LOCUS viejitos y me encontré con el que trae el obituario de Richard Powers (Abril 1996), donde mencionan que sus primeras portadas eran del tipo de paisajes astronómicos (completamente derivativos de Chesley Bonestell) y cuando entregó su primera pintura surrealista, para CHILDHOOD'S END de Arthur C Clarke, los editores de Ballantine se escandalizaron. No habia tiempo para comisionar otra asi que permitieron su publicación. Era tan distinta a todas las otras portadas que logró que la novela atrajera la atención y todos estan de acuerdo que ayudó a vender mas!
ResponderEliminarGracias por el comentario, Daniel.
ResponderEliminarComo ya dije alguna vez me encanta leer comentarios nuevos meses después que escribí la página. Me hace creer que se siguen leyendo.
Lo bueno de esos libros Ballantine es que Ian Ballantine tuvo esta idea loca de publicar en pasta dura y rustica al mismo tiempo. Por eso mismo las novelas debían competir no solo en puestos de periodicos y farmacias sino en librerias de más categoria (en ese entonces las librerias no vendían libros si no eran de pasta dura). El arte de Powers ayudó a lograr este objetivo, haciendo que la gente se diera cuenta que la CF no era nada más aventuras para niños. El hecho que sus portadas ilustraran algunos de los mejores libros de los 50s como MORE THAN HUMAN de Sturgeon, o THE SIRENS OF TITAN de Vonnegut, o THE STARS MY DESTINATION de Bester (o el de Clarke que mencionas), novelas todas con verdaderas ambiciones literarias, ayudó aun más.
Wow.
ResponderEliminarExcelente blog, Armando.